MANUEL ROJAS
HITLER Y LAS SOCIEDADES SECRETAS
¿Por qué Hitler se ensañó, con tanto odio, contra los judíos? Veamos: En octubre de 1918, el joven ocultista y esotérico Adolf Hitler (llamado en realidad Adolf Schicklgruber, Hitler era el apellido de soltera de su madre) se incorpora al Partido de los Trabajadores Alemanes (TDAP) que dependía de la Sociedad Thule, donde era reconocido por su extraordinario talento como orador. Al respecto, un amigo de juventud de Hitler, Walter Johannes Stein, convertido más tarde en consejero del francmasón Winston Churchill, dijo: "Hitler, que a la edad de 20 años era ya un gran adepto del misticismo, intentaba alcanzar niveles de conciencia elevados con ayuda de drogas. A través del librero Pretzsche en Viena, adepto del misticismo germano, y de la doctrina de la raza de los maestros arios que de ella provenía, Hitler se forjó las bases de su futura visión del mundo y, con su ayuda, utilizó el peyote (la mescalina), como droga alucinógena para alcanzar la iluminación mística. Fue también en esa época, cuando Hitler tuvo también conocimiento de los “Protocolos de los Sabios de Sión”, lo que acentuó su aversión por los judíos". La Sociedad Thule, de donde surgieron más tarde las universalmente conocidas siglas SS, del nazismo puro, al parecer, fue la que promovió ese odio visceral contra el pueblo judío, por considerarlo el causante de las guerras y discordias de ese entonces. Resulta sorprendente que Hitler, dependiente de las drogas desde joven, tomase fuertes narcóticos durante toda su vida. Según el diario de su médico personal, Theodor Morell, durante los seis años que duró la guerra, Hitler recibió inyecciones de diferentes calmantes, de estricnina, de cocaína, de derivados de la morfina y otras drogas.
Hitler fue incorporado por la DAP, el partido de Thule, al mundo político de Alemania como orador electoral, gracias a Dietrich Eckart, antibolchevique y hermano de la Sociedad quien le enseñó a leer y a escribir correctamente. Eckart hizo de él la personalidad que luego conocimos. Lo introdujo en los círculos de Munich y Berlín, y Hitler adoptó la casi totalidad de los conceptos de la Sociedad Thule.
Según los relatos de Franz Bardon, Adolf Hitler también era miembro de la Orden Francmasona de la Centuria de Oro (FOGC), conocida, de hecho, como la 99.ª logia. En lo que concierne a las logias – relata Bardon- existen noventa nueve logias diseminadas por todo el mundo, cada una de ellas compuesta por 99 miembros. Cada logia está bajo el dominio de un demonio, y cada miembro tiene un “demonio” propio sólo para él. Este demonio ayuda a la persona a adquirir dinero y poder. A cambio, después de su muerte, el alma de esta persona queda obligada a servir al demonio. Igualmente, cada año un miembro es sacrificado al demonio de la logia, en virtud de lo cual un nuevo miembro es admitido.
Los miembros de las 99.ª logias son también dirigentes muy influyentes en la economía y finanzas y están más presentes hoy que nunca. Las logias FOGC, según el investigador ya mencionado- las 99.ª logias, son el peor de los peligros. A su lado, el satanismo al que se refiere la “iglesia de Satán” de Anton La Vey, de quién se habla en los medios de comunicación, es un juego de niños en Internet.
Franz Bardon confirmó que Hitler y la orden Thule fueron un instrumento en manos de un grupo de magos negros tibetanos. Lo que pasó con Hitler ha suscitado muchos mitos. Según Franz Bardon y Miguel Serranos (este último ex embajador chileno en Austria), Hitler se fugó para América del Sur con ayuda de la 99.ª logia. Dicen incluso que el cadáver encontrado, y cuya dentadura fue identificada como falsa por el dentista de Hitler, fue colocada allí por la 99.ª logia. Un diario alemán de gran tirada publicó el 5 de marzo de 1979 que se había encontrado el avión privado de Hitler en una selva de América del Sur. Joseph Griner, autor de “El fin del mito Hitler”, afirma que él despegó con su avión el 30 de abril de 1945 del aeropuerto de Tempelhof en Berlín.
Fue, entonces, según esta aseveración de estudiosos e investigadores alemanes de las ciencias ocultas, por instigación de la Sociedad Thule que se construyó todo el arsenal teórico y práctico del tercer Reich. Los banqueros internacionales aportaron el dinero. La tierra de dónde todo emergió continúa siendo fértil, ya que los principios de la Sociedad Thule siguen vivos. Tomado de “Las Sociedades Secretas y su poder en el siglo XX”, de Jan Van Helsig (Editorial Ewertverlag 1998) hormigasdepapel@hotmail.com y http://trazos-trazos.blogspot.com/
TRAZOS
MANUEL ROJAS
LA SOCIEDAD THULE
Hablar de la Sociedad Thule es hablar de Hitler, pero de Hitler hablaré en otra oportunidad. Por ahora me interesa tratar sobre este tipo de logia. Ya había dicho en otro artículo anterior que la Sociedad Vril se dedicaba a las cosas del “más allá” y la Sociedad Thule en las cosas materiales, políticas, sociales y económicas. Sin embargo, su partida de nacimiento no fue, del todo, fundamentada en una cosa material sin o en una suposición
Thule”, había sido la capital del primer continente colonizado por los arios – continúa el investigador-, este se llamaba Hiperbórea y habría sido más antiguo que Lemuria y la Atlántida (continentes sumergidos, habitados antaño por grandes civilizaciones). Existe en Escandinava una leyenda con respecto a “Última Thule” un país maravilloso en el Gran Norte donde el sol no se pone jamás, y donde vivirían los ancestros de la raza aria. Cuando el continente hiperbóreo empezó a sumergirse sus habitantes empezaron a perforar gigantescos túneles en la corteza terrestre con grandes máquinas, estableciéndose bajo la región del Himalaya. Este reino subterráneo recibía el nombre de Agartha o Agarthi, y su capital se denominaba Shambhalla. Los persas denominaron a ese reino subterráneo “Aria” o “Arianne”, el país de origen de los arios. Karl Haushofer (notable investigador de ciencias ocultas) afirmaba que Thule era, de hecho, la Atlántida, y que contrariamente a todos los otros investigadores del Tibet y de la India, decía que los sobrevivientes de Thule-Atlántida se habían dividido en dos grupos, uno bueno y uno malo. Los buenos, que debido a su oráculo tomaron el nombre de Agarthi, se habrían instalado en la región del Himalaya; los malos, que según Haushofer se denominaban los Shambhalla, y que querían reducir a los seres humanos a la esclavitud, se habrían dirigido a Occidente. La Sociedad Thule se dividió, más tarde, en dos ramas, la rama esotérica de la cual formaba parte Rudolf Steiner, y la rama exotérica de la cual Hitler tomó, más tarde, la dirección. Algunos autores afirman que los exotéricos habían mantenido debates judiciales y condenado a muerte a seres humanos. Algunas de las doctrinas capitales que marcaron fuertemente la Sociedad Thule fueron la religión germano-aria Wihinai, elaborada por el filósofo Guido von List, la glaciología del mundo de Hans Horbiger y el cristianismo original de los adeptos de Marcion, que se opuso al Antiguo Testamento. En cualquier caso el círculo más íntimo se había aliado contra los judíos del mundo entero y contra las francmasonerías y sus logias. La insignia de Thule habría sido la esvástica con los brazos girados a la izquierda, heredada de las creencias de los lamas tibetanos y del Dalai lama en persona. Que es otra historia demasiado extensa para plasmarla en este espacio.
Pero además de su origen que, suena fantástico, las personas de Thule conocían perfectamente lo que eran los sistemas bancarios judíos, es decir, de Rothschild y compañía, así como los Protocolos de los Sabios de Sión. Se sentían como enviados del cielo para combatir a este pueblo y concretamente al sistema de logias judías y de sus bancos a fin de crear el reino de luz en la tierra. La Sociedad Thule creía (según la revelación de Isaías) en la venida de un Mesías, “el tercer Sargon”, que debía traer la gloria y una nueva cultura aria para Alemania. Y el escogido por la Sociedad Thule para esta misión, y gracias a su talento como orador brillante, fue el joven ocultista y esotérico Adolf Hitler (llamado en realidad Adolf Schicklgruber, Hitler era el apellido de soltera de su madre) quien en octubre de 1918, se alista en el Partido de los Trabajadores Alemanes (TDAP) que es el partido oficial de Thule. Tomado de “Las Sociedades Secretas y su poder en el siglo XX”, de Jan Van Helsig (Editorial Ewertverlag 1998) hormigasdepapel@hotmail.com y http://trazos-trazos.blogspot.com/
TRAZOS
MANUEL ROJAS
LA MASONERÍA JUDÍA Y EL NUEVO ESTADO DE ISRAEL
Debo aclarar desde un principio que no sufro de misantropía ni antisemitismo: Mi más sincero respeto a la colonia judía en el Táchira y en Venezuela, sin embargo debo decir – y lo pensé muchas veces antes de arriesgarme- lo siguiente: En la conmemoración de la independencia del Estado de Israel en su 63° aniversario, y de acuerdo a la disertación del Reverendo William Soto, realizadael 15 de mayo de 2011, en la Embajada de Chile, ante algunas personalidades como el Embajador de esta nación, Doctor David Dadón, el gran Rabino de Turin, Italia, Eliau Bilbaum; Asesora Presidencial de la República de Chile Andrea Ojeda y familia; Licdo. Benjamín Cruz Alfaro, de la República Mexicana, y demás ministros de estado de ambas naciones, conectados a través del satélite Amazonas y en Internet libre para todas las personas que quisieran ver el acto, se reafirmó el verdadero objetivo de Israel, y que es, en suma, ya lo habíamos anunciado cuando tratamos sobre los Protocolos de Sión, la meta propuesta por la masonería judía desde hace siglos.
No hay nada nuevo en el discurso del Reverendo con relación a lo expresado en las 24 sesiones, tomadas del libro completo, de las actas del primer Congreso Sionista celebrado en Basilea en septiembre de 1887,
De acuerdo a la documentación oficial protegida en el archivo histórico de la ciudad de Jerusalén y lo escrito en el antiguo testamento de la Biblia, Israel es el “Pueblo de Dios”, sin embargo, ya sea como parte de un plan divino – si creemos en planes divinos- o como un legado del imaginario popular tradicional, la masonería judía hizo sus previsiones y creó las bases de sus propósitos que, según los estudios y comentarios de Monseñor E. Jouin, Protonotario Apostólico, Cura de la iglesia San Agustín en Roma, datan desde el tiempo de Salomón: “según los secretos del sionismo judío (¿existe otro tipo de sionismo que no sea judío?), Salomón y otros sabios israelitas, elaboraron desde el año 929 antes de Jesucristo el proyecto de un sistema que debía conducirles a la conquista del universo para Sión, por procedimientos pacíficos, situación que se agudizó con la invasión de Tito a Jerusalén y la profanación del Templo donde se asó un cochino y se repartió entre los presentes...” (Los Peligros Judío-Masónicos, Editorial Época, S.A. México 13, D.F.)
Sé que es muy delicado este tema, sobre todo por nuestra idiosincrasia e influencia de la cultura occidental a través de la religión católica. Pero de igual manera, la mayoría de las religiones o sectas evangélicas, testigos de Jehová, mormones, adventistas, etc, importadas de los Estados Unidos, consideran a Israel como el modelo de nación a seguir, y por supuesto como el “Pueblo de Dios”. En fin, este es un tema que da para mucho más espacio, incluso para abrir un debate profundo sin ahondar en extensas explicaciones. Prosigamos, entonces, con las palabras del Reverendo, cito: “Dios le dijo a Abraham que sería padre de naciones, y el modelo es Israel…y que “el que te bendiga será bendito, y el que te maldiga, será maldito”. Prosigue el predicador con la Parábola de los Huesos Secos y se extiende con lo relacionado con el poder divino de restauración del estado de Israel, reafirmando lo que Los Protocolos de Sión ya habían acordado: que todas las naciones estarán bajo el poder económico de la nación judía, y que esta gobernará al planeta por medio de la religión, con el cristianismo que es un brazo extensivo del Talmud, y que en los postreros días vendría el verdadero mesías, el Rey de Israel anunciado por los profetas, para juzgar al mundo y que todos los tesoros del planeta estarán bajo su custodia…Ahora bien, en la publicación del ruso Serge Nilus, en 1920, el discurso de un rabino pronunciado en 1880 en Rusia, 17 años antes del Congreso de Basilea, y publicado en un diario local ruso, se evidencia la misma intención. Este discurso es terrible, espeluznante, terrorífico, y rinde tributo a los elegidos de Israel, al “deber de reunirse una vez cada cinco años alrededor de la tumba del Gran Maestre Caleb, Santo Rabino Simeón-Ben-Jhuda, cuya ciencia proporciona a los elegidos de cada generación el poder sobre toda la tierra y la autoridad sobre todos los descendientes de Israel.”
En conclusión: ¿Debemos propagar el antisemitismo? No, definitivamente no. No hay derecho, no debemos hacerlo, y si lo hiciéramos repetiríamos los modelos de gobiernos guerreristas, anti étnicos, y homicidas; en tal caso lo único que pudiéramos hacer es tratar de comprender por donde marcha la historia de los pueblos y por qué se dan los conflictos bélicos contra Israel, o Israel contra los palestinos. Es un asunto religioso, una llamada “guerra santa”, un acertijo, un misterio de La Biblia o de las ciencias ocultas, hasta hoy. hormigasdepapel@hotmail.com y http://trazos-trazos.blogspot.com/
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MANUEL ROJAS
LA SOCIEDAD VRIL
El alemán Karl Haushofer, fundó, en 1919, una sociedad secreta a la que se le denominó “Los Hermanos de la Luz” y que años después se convirtió en la Sociedad Vril. Integrada, a su vez, con iniciados de la orden “Los Maestros de la Piedra Negra” (DHVSS), procedente de la organización germánica de 1917, así como gente de Los Caballeros Negros del Sol Negro, élite de la Sociedad Thule y de SS. Alemania fue, y tal vez lo sea todavía, cuna de organizaciones secretas que se dedicaban a planificar estrategias para tomar el poder. Entre estas órdenes las más destacadas fueron la Sociedad Vril y la Sociedad Thule. La primera se interesó en el “más allá” y la segunda en las cosas materiales, políticas, sociales y económicas. Pero nos interesa abordar los asuntos del “más allá” desde una visión antropológica y metafísica a la vez.
De acuerdo a los registros de esta Sociedad Secreta, en diciembre de 1919, fue alquilada una casa en Ramsau, cerca de Berchtesgaden, donde se reunieron algunos miembros de las Sociedades Thule, DHVSS y Vril. Entre ellos los médiums Maria Orsitsch y Sigrun. Maria había captado informaciones en una forma de escritura secreta de los templarios (un idioma totalmente desconocido para ella) con precisiones técnicas sobre cómo construir una nave voladora. Estos mensajes telepáticos habían sido transmitidos según consta en los escritos de la Sociedad Vril, desde el sistema solar de Aldebarán, situado en la constelación de Tauro.
También se tiene memoria escrita de los mensajes que durante años fueron recibidos por los telépatas de la Sociedad Vril, y que constituyeron el fundamento de las acciones que esta última emprendería. Material fotográfico bien documentado demuestra que desde hacía muchos años, había contactos personales con seres muy hermosos de raza “aria”, rubios de ojos azules, que hablaban el alemán corriente u otro idioma con acento alemán; estas pruebas existen en EEUU, e incluso en gran número.
Sea verdad o no, las voces del más allá recibidas por las telépatas, las fotografías que probaban o prueban dichos contactos, y la presencia de los personajes arios, contribuyeron para formar la ideología nacionalista nazi cuyo escogido para tal misión fue Adolfo Hitller, quien era uno de sus más asiduos miembros. Pero de Hitler y su ideología hablaremos en otros artículos. Por ahora es importante conocer un poco sobre la Sociedad Vril, que entre otras cosas tuvo el apoyo económico de Alemania y de los Estados Unidos para emprender una carrera dedicada a la construcción de naves espaciales en forma de plato, de cigarro, y de óvalo y también se dedicó a producir submarinos. Inmensas remesas de dinero llegaron a sus cuentas para preparar uno de los eventos genocidas de mayor importancia para la humanidad: La Segunda Guerra Mundial.
Este capítulo (el número 29 del libro en mención) es demasiado extenso, explica el tipo de naves, sus medidas, sus bondades y el uso que se le dio al proyecto. Durante ese tiempo en que se apoyaba a Hitler, desde muchas instituciones norteamericanas, europeas y sobretodo alemanas, la Standard Oil (Rockefeller) organizaba el entrenamiento militar para el ejército americano con el objetivo de tumbar a Hitler, y a su vez producía en Alemania vehículos militares para los nazis. Ford y Opel (filial de la General Motors, que es controlada por J. P. Morgan) eran los dos mayores fabricantes de coches en la Alemania de Hitler.
No importa quien ganara la guerra, lo importante era consolidar el poder económico, en fin, las grandes multinacionales o transnacionales fueron, desde el inicio, las ganadoras. Es según ese mismo principio que muchas empresas trabajaron durante la Segunda Guerra Mundial. Una de las razones es la siguiente, dice Helsig: “…en 1946 la Fundación Rockefeller donó 139.000 US$ para que se presentase al público una versión oficial de la Segunda Guerra Mundial que camuflase el apoyo de los banqueros americanos a la edificación del régimen nazi, y que mantuviese también silenciada la ideología mística y oculta de ese régimen.” Así han funcionado estas logias durante muchos siglos, desde la clandestinidad, desde la incertidumbre, y todo con el único fin de lograr la hegemonía del poder mundial en todos los ámbitos posibles. Tomado del libro titulado “Las Sociedades Secretas y su poder en el siglo XX”, de Jan Van Helsig (Editorial Ewertverlag 1998) hormigasdepapel@hotmail.com y http://trazos-trazos.blogspot.com/