jueves, 28 de octubre de 2010

Dictará la ULA Curso de Ensayos Literarios

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Dictará la ULA Curso de Ensayos Literarios

Para tener éxito en la universidad y en el plano de la literatura, es preciso saber escribir ensayos. La ULA-Táchira dictará el Curso de Ensayos Literarios, dirigido a estudiantes, docentes, críticos, escritoras y escritores, el cual iniciará el próximo sábado 30.

El Curso de Ensayos Literarios será dictado por dos especialistas en el plano de la escritura: Francisco Morales Ardaya, quien es licenciado en Educación, mención Letras, docente de la ULA en las carreras de Educación y Comunicación Social; además, es corrector y traductor en la producción de revistas científicas, y autor del libro “Manual del lenguaje”, publicado este año por la ULA; y el escritor Manuel Rojas, narrador, ensayista y poeta, quien desde 1990 ha obtenido premios de poesía y literatura, entre ellos, un primer lugar y mención especial en narrativa, poesía y ensayo. Su nombre figura en el Diccionario Nacional de Escritores Venezolanos, titulado ¿Quiénes escriben en Venezuela?

El contenido del Curso sobre Ensayos Literarios apunta al origen del ensayo, sus influencias históricas, su estructura, la construcción de párrafos ensayísticos, los tipos de ensayos, la elaboración de ensayos breves, e incluye una gama interesante de claves para conocer y practicar el uso correcto de puntos, comas y comillas, ahondando en el tema de la función real de la puntuación.

El Curso de Ensayos Literarios iniciará el sábado 30 de octubre y finalizará el sábado 6 de noviembre; será dictado de 8:00 a.m. a 12 m. y de 2:00 a 5:30 p.m. Es organizado por la profesora Marisol García, del Departamento de Español de la ULA. El valor de la inscripción en el Curso es de ochenta bolívares para estudiantes y ciento sesenta para profesionales. Los interesados en participar deben cancelar el monto respectivo en la oficina de Caja (planta baja del Edificio Administrativo de la ULA), y presentar el recibo de pago para su inscripción en el Departamento de Español y Literatura (Telf. 3405049 / email: castellanoyliteraturaula@gmail.com), ubicado en el 2º piso del Edificio Administrativo de la ULA. Para mayor información pueden contactar con la Profa. Marisol García (marisolgarcia1966@gmail.com) o la Profa. Yady Campo. Esta información estará disponible en la página web, apuntando a los links “Núcleos” y “Táchira”.


viernes, 22 de octubre de 2010

La literatura de Manuel Rojas




La literatura de Manuel Rojas. Escrito por Raúl Márquez
martes, 19 de octubre de 2010
Conversar con Manuel Rojas sobre temas literarios es una posibilidad fabulosa, pues este hombre de letras te puede iluminar con su experiencia y su sabiduría. Poeta, narrador y ensayista, su formación literaria la llevó a cabo en el grupo Zaranda, en el que representaba a las nuevas generaciones que incursionaban con fuerza y vitalidad en el espectro literario tachirense.

Su compromiso con la literatura se traduce en un oficio serio y disciplinado, donde la inspiración no es más que la seducción contante de la palabra. Para Manuel Rojas, la literatura es un espacio infinito en que se condensan diferentes posibilidades, donde la vida puede convertirse en una experiencia formidable.

Desde su mirada de poeta desnuda el alma humana, en cada metáfora, en cada imagen. Sus poemas sintetizan la nostalgia, la melancolía, el ardor de vivir con intensidad cada nueva circunstancia. Baladas para la Orfebre, en 1989; Hojas de Ceniza en 1990; Invierno en el Pacífico, 1991; Consternación en la Casa de Omaira, 1991; Ópera de los tres Narcisos, 1996; Humana Transparencia, 1996, y "Ceremonia del Ocaso, 2005, constituyen parte de su obra poética publicada.

En Ceremonia del Ocaso se evidencia su madurez literaria, con textos sobrios, cuya intensidad te va arrobando de modo inevitable. He aquí un ejemplo de tal aseveración: "Uno nunca sabe que hacer con tanta lluvia/ acumulada en los ojos/ con tanto desconcierto detrás de las bodegas". Nostalgia acumulada, transida de voces lejanas y recuerdos permanentes. Manuel convierte en poesía el camino recorrido, eternizando la naturaleza de su alma en la espesura de su obra.

En cuanto a su narrativa, ésta se alimenta, sobre todo, de lo cotidiano, de la tradición oral, de las lecturas de Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa, Donoso. Con casi cien cuentos en su haber, Manuel Rojas ha venido tejiendo un estilo propio, que se puede apreciar en el libro La mano moribunda y otros cuentos. Son cuentos cortos cuya vitalidad explora temas diversos, urbanos, con personajes turbios, irónicos, que deben afrontar situaciones absurdas, fantásticas.

Otra faceta de Manuel Rojas tiene que ver con su apoyo a la nueva generación de escritores tachirenses. Esto se puede constatar por su interés en dar a conocer a nuevos valores, jóvenes escritores o escritores anónimos que ahora pueden ver sus textos en el libro Ciudad en la Niebla libro publicado en el año 2008, cuyo compilador y prologuista es don Manuel.

Al hablar de este trabajo, a Manuel Rojas se le enciende la mirada de orgullo. Por un lado, por la gran cantidad de escritores que llevan años fraguando sus obras, en la mayoría de los casos, en la soledad del anonimato. Por otro lado, por la calidad y el manejo de la técnica narrativa que se aprecia en cada uno de los cuentos de esta antología, dicho sea de paso, un gran referente para los estudiosos de la literatura tachirense de los últimos años.

rauldmarquezc@gmail.comEsta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla


lunes, 4 de octubre de 2010



CONVERSACIÓN CON LA HISTORIA

Bajo una tenue de lluvia de finales de junio, y en la Fuente de Soda del Hotel “El Tamá”; previa cita, tuve la oportunidad de conversar con el Dr. Ramón J. Velasquez, Ex-Presidente de la República, político, humanista, propulsor de reformas, parlamentario, escritor, narrador, y ante todo historiador. Actualmente incorporado al Programa de la sociedad civil titulado Pro-Venezuela. La idea principal de esta entrevista tenía, entre otras cosas, la de hablar sobre el Ateneo del Táchira, que implica, por supuesto, encontrarse con la memoria del tiempo, de un siglo a punto de culminar. Y es que conversar con el Dr. Ramón J. Velásquez es conversar con la historia. Con esa historia que apenas conocemos. Para comenzar, le pregunté respetuosamente si era posible grabar e inmediatamente le entregué la edición anterior de Dia-Logos. Su respuesta fue afirmativa:

M.R.: ¿Qué piensa Ud., de la creación de un periódico en el Ateneo?

R.J.V.: ¡Magnífico, estupendo! ya era tiempo de superar esos libros que se producen cada cinco o diez años; además a través de un periódico se va escribiendo la historia de forma inmediata. En cuanto a este periódico me parece acertado, con un estupendo diseño gráfico y de buena calidad los textos, es lo que percibo de una ojeada.

M.R.: Quisiera que me hablara del Ateneo, de su experiencia cuando estuvo al frente de la misma, allá por los años 40 y 41.

R.J.V.: Para empezar a hablar sobre el Salón de Lectura, tengo que decir que el Salón de Lectura fue mi casa y le voy a explicar por qué: mire, en la casa mía funcionó un instituto que dirigió mi padre por 25 años, la escuela Bustamante; esta quedaba en la esquina donde ahora está el Banco Unión, frente al Club Táchira; era una casa grande y tenía un salón que cubría un cuarto de manzana. Allí, el Dr. Abel Santos, Quintero y Lossada, fundadores del Salón de Lectura, consideraron que el salón que habían fundado en la bodega de Guerrero Lossada debería estar ahí. Abel y mi padre eran compadres dobles, porque dos hijos de Guerrero Lossada eran apadrinados por ellos. Allí funcionó por un año el Salón de Lectura, de tal manera que aquí estaba la gran sala con esos mismos retratos que están ahí colgados en marcos viejísimos; esos marcos entonces hermosos, con la imagen de Cecilio Costa; hoy día deben tener como 80 años; entonces el zaguán de mi casa daba con el salón, en donde había una puerta que comunicaba con la casa de mi padre, de forma que yo crecí metido en el Salón de Lectura. Guerrero Lossada era un hombre muy conservador y muy pedagogo; yo, de muchacho, le preguntaba muchas cosas, y él me contaba, me hablaba mucho de cosas que yo no entendía. El había llegado ahí de soldado en la tropa de Chalbaud Cardona, quien iba a combatir a la invasión de colombiana de Rangel Garbiras; desde entonces se quedó en San Cristóbal dedicándose de lleno al Salón de Lectura. Yo era un niño todavía y no tenía la suficiente capacidad para comprender muchas cosas que pasaron, como cuando le cortaron la luz y él se alumbraba con velas.

M.R.: ¿Qué tipo de personas visitaban, para ese entonces, el Salón de Lectura?

R.J.V.: Era un grupo, fundamentalmente, compuesto por abogados, médicos y maestros que tenían un profundo interés cultural; a la cabeza los Drs. Abel Santos y Eduardo Santos, pues junto con ellos aparecen un poco más tarde Carlos Rangel Lamus y Amenodoro Rangel Lamus, ambos letrados, periodistas y lectores de periódicos que a cada rato clausuraba Eustoquio Gómez; periódicos como “Horizonte” que duró muchos años, al que los Rangel adquirieron y llamaron “Nuevo Horizonte” y el que también fue prohibido por el gobierno. Poco después los Rangel fundaron otro periódico al que titularon “Helio” (sol); eran personas de un gran empeño cultural; ahí está un estudio de González Escorihuela, quien registra el discurso de Carlos Rangel Lamus ante un auditorio, en el año 17; él fue el primer venezolano que habló sobre el contenido y los alcances de la Revolución Soviética, eso está ahí en los libros publicados por nosotros (Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses, BATT); junto a él estaban otras personalidades que fueron muy importantes para el Táchïra, como el Dr. Rúmulo Antonio Costa, gran jurista formado en Bogotá por Miguel Antonio Caro; Gonzalo Vargas, gran médico, y Angel Biaggini; es decir, el interés por la lectura, por romper ese aislamiento tachirense lo llevaban por dentro, el deseo de mantener aquella organización pues en el resto del país no había una organización de esa naturaleza. Se esforzaron en traer libros; traían libros de Francia, de España, esa biblioteca se fue formando con el esfuerzo de ese grupo; siempre la estaban dotando así como también ellos mismos rotaban La Presidencia: un día cualquiera Amenodoro Rangel Lamus era el Presidente, otro, el Dr. Costa, otro día el Dr. Nicasio Rivera, otro día Don Ramón Velásquez, mi padre. Como usted puede ver, el pensamiento filosófico y artístico de esta provincia nació allí, en el Salón de Lectura; incluso fue la primera sede de la Universidad Católica “Andrés Bello; allí nació una sed nueva de aprender, de cultura y amor por la patria, y con esos hombres que le acabo de mencionar.

M.R.: ¿Qué piensa Ud. del Salón de Lectura en la actualidad?

R.J.V.: Mire, es lamentable que el Salón de Lectura haya pasado por una situación jurídica vergonzosa, cosa que no ha sucedido en ninguna otra parte del país, en los ateneos quiero decir, sin embargo, después de todo salió a flote, ojalá no vuelca ocurrir jamás, pues allí debe haber sabiduría, conocimiento, arte, para lo cual fue fundado el Salón de Lectura.

M.R.: Finalmente ¿qué le daría Ud. a la actual Junta Directiva, y a las nuevas generaciones ateneístas del Táchira?

R.J.V.: Que sigan adelante en esta noble misión y que rescaten las actividades olvidadas, pues ellas representan la historia de nuestro pueblo, su realidad social, cultural y filosófica a través de los tiempos. La historia del Ateneo es la historia del Táchira.