martes, 27 de abril de 2010

Liceo Gonzalo Méndez sede del IV Encuentro Liceísta de Literatura


Liceo Gonzalo Méndez sede del IV Encuentro Liceísta de Literatura Imprimir E-Mail
escrito por Eggly Cuesta Márquez/DLA Táchira
miércoles, 19 de mayo de 2010
Bajo la premisa de crear un espacio para la promoción de la escritura y la lectura desde el contexto del liceo, se realiza este jueves 20 de mayo en el liceo bolivariano Gonzalo Méndez, el IV Encuentro Liceísta de Literatura.
Con el fin de afincar en el estudiante valores y herramientas necesarias para el desarrollo intelectual de todo individuo, en una sociedad en marcada en la aldea global desde una perspectiva de la lectoescritura, tal como lo explicara José Antonio Pulido Zambrano, coordinador del evento.

Este evento, que se realiza en el marco de la celebración del Año Bicentenario que el Ministerio del poder popular para la Educación ha impulsado para su promoción y divulgación, se sustenta en el género cuento histórico fabulado, donde jóvenes de los liceos bolivarianos Idelfonso Vásquez Bravo Cordero, Vega de Aza, Francisco Alvarado, Juan Vicente Gómez, Colegio "Hermana Mercedes de Jesús" y el Tulio Febres Cordero, leerán sus construcciones literarias (inéditas) en un encuentro para el compartir de la lectura y el conocimiento, pero sin estar sujetos a competencias ni ganadores.

Aprovechando este Encuentro, también se hará un homenaje al Dr. Ramón J. Velásquez, icono de la historia regional y nacional, pionero de la Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses. En el acto se contará con la clase magistral del Dr. Luis Hernández, presidente del Ateneo del Táchira sobre "El 19 de abril de 1810 y su repercusión en el Táchira.

Un poco de historia

Trayendo al presente un poco de los inicios de este Encuentro, Pulido Zambrano recordó que fue un 30 de abril de 2007 cuando se materializa esta iniciativa, con el apoyo del profesor y director del liceo bolivariano "Gonzalo Méndez" Adelfo Ceballos, quien acompañado de los profesores Mónica Medina Pulido, Gleisy Pabón, Kenya Valero, Linzae Medina, Naira Sánchez, Diego Pérez, Ivan Alirio Ramírez y José Antonio Pulido, se convierten en los pioneros de esta actividad pedagógica de promoción de lectura y escritura.

Más tarde, la receptividad de este Encuentro de liceístas en el Estado permitió continuar con los encuentros. El 30 de abril del 2008 se da el II Encuentro trayendo a los lares educativos a la escritora "Lolita Robles de Mora", docente jubilada de la institución, a quien se le rindió homenaje. En ese encuentro, la modalidad de escritura por parte de los estudiantes fue la construcción y compilación de leyendas de la comunidad, y se proyectó la minipelícula "Martes de Carnaval", basado en un texto de Lolita Robles de Mora y realizada por estudiantes del liceo "Gonzalo Méndez.

Luego el 4 de junio del 2009 se realiza el III Encuentro liceísta de literatura como homenaje al Bicentenario del natalicio de Edgar Allan Poe y al escritor tachirense Manuel Rojas, y bajo la modalidad de cuento misterioso.

ENTREVISTA A MANUEL ROJAS EN DIARIO PUEBLO, POR LUIS JOSÉ OROPEZA

Diario pueblo Cultural C3 N° 47 San Cristóbal, lunes 31 de diciembre de 1990

ENCAJE – Pliegues: Entrevista realizada por Luis José Oropeza, Presidente de la Asociación de Escritores del Estado Táchira

Muy buenos escritores han sido marginados por “un jurado cualquiera”
MANUEL ROJAS
La exquisita geografía del Táchira es muy dada a la poesía: el viento está ahí, el aire vive, mientras que el ser se desarrolla, ama, procrea y se transforma. Esta es una verdad en la que no cabe manipulación alguna, así sea con fines éticos, estéticos o políticos. En el Táchira, por ser de un panorama y de una humanidad extrañamente hermosa, se detectan y se tocan de muy cerca la belleza de la sombra y del espacio en los que el poeta es un mero captador de cuanto existe y sucede. Aquí cabe recordar la expresión de Antonio Mora cuando nos hizo saber: “Aquí es bello hasta lo que no alcanzamos a mirar”, aseveración ésta última que nos llamó al asombro y a la reflexión y, hoy en palabras de Manuel Rojas, comenzamos a entenderlo y damos por pasadas y vistas las páginas del poemario “Hojas de ceniza”, con el cual Rojas se hizo acreedor al primer lugar en el Concurso de poesía del Instituto Universitario de la Frontera, y también por lo que le invitamos a celebrar una conversación con Encaje, en rol de invitado estelar del lunes…
E: Por qué te dedicas a la literatura en un país que, de momento se nos antoja, no tiene ningún interés por cultivar las manifestaciones del espíritu?
M.R.: Me dedico a la literatura por una constante realidad de expresarme, o sea, primordialmente se trata de un interés muy personal, muy íntimo, en el que no me atrae saber si la gente que cohabita conmigo en Venezuela lee o no lee, escribe o no escribe. Yo creo más bien que escribo para complacer mi ego y no para satisfacer necesidades de terceros…
E: Qué piensas de la literatura social?
M.R.: Todo fenómeno literario está emparentado ineludiblemente con lo social, de allí que el cuento, el ensayo, la novela y la poesía, así se trate del género de ficción, están siempre cargados de un trasfondo social. Considero particularmente que un escritor no debe ser ajeno a los problemas sociales porque, como creador, sufre igual o en mayor intensidad que sus congéneres el peso de las injusticias humanas. Yo creo que la diferencia estriba en las maneras con las que el escritor desata sus tempestades en el papel…
E: Piensas que todo lo producido por el intelecto debe llamar siempre a la reflexión?
M.R.: No toda la literatura tiene la intención reflexiva de la que tú hablas. En todo caso bien vale la pena recordar aquí en Encaje el rol que representa para nosotros, aquí y ahora, el género de la literatura recreativa. Sin embargo, y ajustándome a lo por mí dicho, al escritor de hoy le es muy difícil desligarse del aspecto social en la producción de su obra. Yo creo que el artista, y más aún el escritor, debe reflejar en sus creaciones las motivaciones reales del momento histórico que le tocó en suerte vivir. Tal es el caso de Shakespeare, de Cervantes y de otros cuya obra no pierde vigencia todavía.
E: En qué área de la literatura participas con mayor comodidad?
M.R.: Pienso que en el área de la poesía se encuentran todas mis búsquedas, pero es en la narrativa en la que guardo mi más copiosa producción…
E: Cómo logra ubicarse entre el cuento o el poema, si la llamada te llegara así de pronto y no tiene tiempo suficiente para codificar si se trata de la poética o de la narrativa?
M.R.: La cosa no es tan sencilla como a simple vista puede parecer. Como yo no tengo esa capacidad de razonar con la misma velocidad en que me llegan los mensajes, escribo simplemente, sin importarme finalmente si lo que estoy pariendo es un cuento o es un poema. Si leíste “Hojas de ceniza” te tienes que haber percatado esa situación…
E: Mira, Manuel, lo que yo quiero es que nos digas cómo te encontraste con la poesía?
M.R.: La poesía es un fenómeno que he percibido desde los primeros días de mi infancia, desde que tengo uso de razón, quiero decir. Recuerdo que a todas las niñas de mi escuela les enviaba versos escritos de mi puño y letra, muy cursis por supuesto, causa por la cual me vi envuelto en muchos líos…
E: Por lo de la cursilería?
M.R.: No. Era una obsesión que siempre me arrastraba a escribir algo a las muchachas, algo con lo que me alejaba del mismo ritmo de la clase. Lo mismo me ocurrió con el dibujo: mientras la maestra dictaba su cátedra yo me perdía en otros mundos, en otras latitudes. A tal punto que al llegar a mi edad adolescente producía constantemente poemas y comencé a ocultarlos no sé todavía por qué razón. Yo leía y releía los poemas que tenía ocultos y me daban la sensación de que se trataba de cosas de locos, quizás por lo surrealista de sus contenidos. Con el tiempo, y gracias a una orientación en psicología, me animé y expuse mis poemas y comencé a publicarlos, hasta que entré en un estado de metamorfosis en el que la poesía no fue más que el punto de partida que me interconectaba con la narrativa. Entonces, en la misma medida en que me absorbió la poesía durante mis años adolescentes, la narrativa se convirtió en mi búsqueda permanente…
M.R.: En medio de todo este caos que te he venido describiendo, Luis José, me interesan los temas de orden religioso y los de la filosofía. Digo religiosos porque creo que la religión es una de las taras que más han afectado al ser humano desde que hizo su aparición en el planeta, y digo filosofía porque dentro de lo religioso se encuentra el ente que la enreda en esta tela existencialista que ahora nos agobia. Por eso digo idea permanente de desplegar las dudas del origen de las cosas, del mundo, del alma, etc…
E: Tengo entendido que con tu poemario “Hojas de ceniza” lo menos que perseguías era ganar un premio. No te voy a inquirir por qué, pero sí quisiera saber el por qué el título.
M.R.: El título nació como un elemento más del poemario, porque, aparte de ser un verso interno, se presta para consagrar el titular de un libro de protesta; lo de “Hojas de ceniza” es una especie de definición de la fragilidad de las hojas, que a la vez representa lo transitorio de las cosas, como sucede con la ceniza. Hablar de las hojas pareciera ser una forma de encontrarse frente a un mundo eterno que, en el fondo, es derruible. Yo confundo la hoja con el río: miro siempre la hoja en el árbol y no siempre es la misma hoja la que miro…
E: Esa actitud tuya, Manuel, frente a las hojas, me recuerdan a Heráclito.
M.R.: Siempre me he caracterizado por mi tendencia a la contemplación de las cosas del mundo que me rodea, cuando citas a Heráclito, recuerdo la riqueza espiritual del mundo griego, de los grandes pensadores que, de tanto mirar el mundo, iniciaron una avasallante cuna del pensamiento occidental. Pues bien, yo también contemplo todo lo que me rodea y trato de encontrarle una explicación distinta a la que los helenos le encontraron. Esa manera distinta la encuentro en la poesía, pues cada elemento natural o artificial, representa en mi interioridad sensitiva un vestigio de vida.
E: Eres de los que piensas que la poética es la madre de la filosofía!
M.R.: Yo, pienso que se poetiza primero, mucho antes de buscarle una explicación a las cosas que nos ocurren…
…Este mundo que llevo por dentro está habitado de signos, de símbolos, rotaciones imprecisas, lejanos misterios, enigmas claros y palabras insuficientes para describir cualquiera de mis momentos vivenciales. Al principio busqué una explicación a todo y ahora no sé si existo todavía…
…Ha llegado el instante en que ya no me interesan esas cuestiones y sólo me dejo guiar por la sensación del canto que le da vida a mi propio discurso…
…Hojas de ceniza es un canto desesperado a la ciudad de todos los días, a la ciudad cotidiana en la que ocurren siempre las mismas cosas, en las que nada nuevo sucede y que, al igual que a las hojas que parecieran eternas, van directamente a la ceniza. Con ese poema (que casi no lo es) intento sólo el reto a un jurado cualquiera, con los elementos que pueden definir un poema igual que a una ciudad, allí también está el hombre que gime debajo de una misma circunstancia atropellante…
E: Qué opinión te merecen los premios de literatura?
M.R.: Definitivamente, no creo en los premios. El hecho de que un trabajo literario cualquiera obtenga un premio, no significa que sea malo o bueno. Un premio no está capacitado para calificar o descalificar. En todo caso, no es un premio lo que busco para demostrarle a los demás que soy el mejor en tal o cual especialidad literaria, sino demostrarme a mí mismo lo que soy capaz de hacer. Ya hay casos típicos en los que muy buenos escritores han sido marginados por un jurado cualquiera, que los margina por no alcanzar a comprender la grandeza de sus obras. No por esta situación Borges puede ser tomado como un descalificado.
E: No crees que esa política de crear premios anuales de literatura contribuya en la difusión de los nuevos valores?
M.R.: ¡Por supuesto que sí! El hecho de que yo no crea en los premios de literatura, ni en los otros, como ya te dije, no indica que esté en contra de ellos. Por el contrario, yo creo que un premio es una de las maneras más efectivas para motivar y proyectar los nuevos escritores.
E: Por qué hablaste de un “jurado cualquiera” con “Hojas de ceniza”?
M.R.: La alusión que hice de “un jurado cualquiera”, escrita en la portadilla de mi poemario, tiene un carácter meramente metafórico. Es una manera de expresar mi aversión por estar rodeado de de un tremendo juicio que nos impone la religión, la política, etc.
E: Piensas que tanto la religión como la política, tienen gran culpabilidad de las horrendas situaciones que hoy experimenta el mundo?
M.R.: Sí. Desde tiempos más remotos, la religión y la política han jugado un lamentable rol en la dirigencia del mundo; de allí los resultados que estamos percibiendo hoy: hambre, miseria, desempleo. Esto en cuanto a la parte social, porque, la parte espiritual ha sufrido un ataque despiadado por parte de quienes aspiran la dominación, utilizando para ello el miedo al infierno, el temor al más allá…
E: Y, Manuel Rojas, cree en Dios, a pesar de todo lo que nos dice?
M.R.: Claro que sí! Pero no en el Dios de los juicios, ni del terror, ni de la dominación…creo más bien en un Dios distinto a como me lo han pintado, porque él no puede estar de acuerdo con todo esto que está ocurriendo…

DiarioPueblo San Cristóbal, lunes 31 de diciembre de 1990
HOJAS DE CENIZA
MANUEL ROJAS

CRÉDITOS
Director:
-Luis José Oropeza
Comisión Coordinadora:
-Pedro Pablo Paredes
-Pedro José Pisanu
Diseño:
-Jairo Osorio
Diagramación:
-Dévora Morales

Colaboradores:
-Eli Caicedo
-José Alberto Santiago
Salón de Lectura
Carrera 6 con calle 9
Frente a la Plaza Bolívar
Telf. (0276) 3434476


viernes, 2 de abril de 2010

NESTOR MELANI OROZCO


NESTOR MELANI OROZCO

CARTA A MANUEL ROJAS

LOS ESPACIOS SOCAVADOS

Encontré los sonidos en LOS ESPACIOS SOCAVADOS, era el amanecer donde cada día despiertan las campanas con sus lenguajes milenarios de la existencia, las mismas melodías de los siglos donde están los colores y donde he estado siempre en la vida.

Me escapé en la luz violeta que hicieron los rojos y los azules, allí estaban los mensajes, la prosa dirigida al concierto de almas y las almas éstas mismas que nos acompañan esperaban de nosotros muchas rosas. Hubo un sonido de sombras que tienen el aroma de los pueblos con cántaros y formas que cada hora hacen de la memoria recuerdos y llantos, están aquí, vienen se tornan en presagios y adivinan los silencios para encarnar en “El Mago” del rojo y de la mujer que se llevaron los vientos. Vi las palomas del blanco de zinc con seda fabricada de los versos de aquellos poetas muertos que una vez fueron en las ventanas vigilantes de los sueños para hacer de las ceremonias este enigma de los pigmentos y este lugar de los silencios.

Amarillentas imágenes de los fotógrafos como si las hubiesen manchado de café para saber en la margarita la persistencia de los ecos y junto a los locos del cuarto oscuro saltando de los telones donde estuvieron dibujados los actores del grito mágico para entender que ahora no están los niños que jugaron a la guerra y llevaron pedazos de pan a los túneles donde los ratones contemplaban pasar las zapatillas nacaradas. Todo hizo de nosotros un cuarto lleno de péndulos y los retratos sobre los tableros del torneo; las damas y los reyes encontraron “Los Espacios Socavados” mientras el caballo de Ledezma cabalgó sobre las arenas rojas para encontrar junto a las piedras muertas de sed al poeta esperando los siglos. Amigo de Locuras, Pintor y mago donde los gitanos llevaron las prendas para hacer el pentagrama de una sonatta escrita para la canción del violín. Allí vino para escuchar los mensajes de Rimbaud y llenándose de alegría entendió el rostro de una mujer que silenciosa nunca dijo los secretos. El amanecer fabricó en el alba todos los cantos y las aventuras de noches pasadas con “Luna Salvaje” hicieron del llanto solo presagios y no espantos, mientras las manos tomaron el barro para el tesoro junto a la aurora, creándose el único rostro de los azules donde habían estado los cruzados era el mismo de los mares, donde regresa el solo y las golondrinas evocan sonidos de la montaña.

Todo el ritual del amanecer se convirtió en aromáticas esencias vi pasar siglos desde Zarathustra hasta la divina Beatriz del Dante Florentino para saber de los espacios, para entender cuán grande estuvo el reino frente a las huellas de San Agustín dejar los cimientos del camino la única rosa que extrajeron en aquel amanecer en el lugar de los “Espacios Socavados”

MANUEL ROJAS, amigo hacedor de relojes y tiempos aquellos del templo de las palabras y entre azul de infinitos escriben con tintes las cartas para la elocuente presencia de muchas generaciones. Hoy encuentro en tu libro todo el ritual para hacer de la magia un signo de banderas con grabados tomados de los astros y burilados de diamantes donde se mira la socavada piedra de mármol y de los sueños para dejarnos en reflexiones y gritar frente a los espejos el mensaje de las almas para los dioses ausentes del ruido.

Encontré en tu libro toda una composición de grandes palabras, de imágenes con dibujos mágicos y entre blancas tintas una portada de Freddy Pereira y sobre todas las cosas el mensaje para revivir y junto a las estatuas dormidas revisar el nombre uno a uno de la presencia de los tiempos.

Un color de poeta tienen los mensajes y entre el vuelo legendario de las polifonías retornan las frases para hacernos partícipes verdaderos de la obra donde están los sueños. Existe un sonido envuelto de canto y genio, de pasos, huellas y solo viajeros. Los Espacios Socavados. Nov de 1994.