miércoles, 25 de enero de 2012

UNA OSCURA GUERRA DE LAS GALAXIAS


UNA OSCURA GUERRA DE LAS GALAXIAS

Quizá por eso es absolutamente necesario que esta guerra se libre en secreto. Dicen los entendidos que existe la posibilidad de librarse guerras secretas a través del aire, sin ninguna licencia y con armas no convencionales. Insisten en que actualmente ya se está perfeccionando ese método y que ésta es la única forma de someter naciones enteras para apoderarse de sus riquezas, de sus reservas naturales y también de su autonomía. Esto únicamente se podría hacer con armas no convencionales o no ortodoxas, al estilo de las películas de George Lucas.

Para este estilo de invasiones no necesitan tratados de límites territoriales-espaciales ni de uso de bases específicas, y si los hubiere (los tratados) o dichas bases sería fácil violar estas normas. Esto, de ser cierto, imagino, las naciones de primer orden o mundo (términos que no se entienden en el terreno de la sociología, que debe ser, a la larga, la que se encargue de decodificar estas nuevas formas de tratamiento del lenguaje social) crearán todo un contingente de defensa altamente sofisticado.

Influyen, por supuesto, los sistemas de información, mas sin embargo recordemos que estos medios están controlados por las sociedades secretas. A su vez, la sociedad o gente acudirá, como de hecho lo hace en el presente, a las fuentes esotéricas o a la adivinación, o a la consulta del I-Ching o Libro de las Mutaciones, que es lo que quienes ostentan el poder, quieren de la humanidad. Estas cosas las digo un poco especulando y otra reafirmando lo que creo que es y que, sucede, ante los fenómenos no comprensibles a simple vista. Así ha sucedido siempre, desde los anales de las culturas milenarias hasta nuestros días. El factor “oculto” prevalece en estas cosas, que le da ese toque de misterio y de horror para acentuar así el final de todos los tiempos y todas las memorias del continente. El fin de la historia, aseveran muchos. Todo esto, científico en parte, y paranormal en la otra parte, tiñe el mundo de angustia, de desconcierto y de desconfianza en la lucha por un mundo mejor. Ellos invierten y ganan desorbitantes sumas de dinero. El que mueve o quienes mueven la cuna, que es el mundo, se nutren de nuestra naturaleza frágil, de nuestras debilidades y aficiones.

Se dice que en el desierto de California tiene el gobierno de los Estados Unidos bases dedicadas a estos estudios y a la construcción de armas para ser utilizadas en esta modalidad de guerras espaciales. La invasión a Libia no es nada comparable con lo que le depara al planeta en los próximos veinte o treinta años, según investigadores en este campo.

En conclusión, somos marionetas de un grupo minúsculo que hace lo que quiere con el dinero de todos, y que tienen gracias a nuestro fiel consumo, o al pequeño derroche que estimamos prudente en nuestro también pequeño presupuesto. En las marcas que inocentemente exhibimos. En los alimentos tóxicos embotellados o enlatados que usamos para alimentarnos. Ellos, los dueños de esas transnacionales, según los informes públicos, revelados finalmente por personas que han arriesgado sus vidas en esto, pertenecen a oscuras órdenes secretas que practican ritos paranormales, brujería, y satanismo. Y sus símbolos están incisos o plasmados en sus productos. Cuando abras un enlatado (diablito en lata) una compota, un refresco gaseoso, verás allí la barra que representa el código del sistema de mercado diseñado para tal fin, cuyos dueños son o se creen los dueños del mundo y juegan con el aire que respiramos, con armas, con equipos interplanetarios, con experimentos malignos, y con la búsqueda de nuevas energías para continuar dominando al mundo. hormigasdepapel2@hotmail.com y http://trazos-trazos.blogspot.com/

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