TRAZOS
MANUEL ROJAS
NOVENO, DÉCIMO, DÉCIMO PRIMERO Y DÉCIMO SEGUNDO PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SIÓN
Estos últimos cuatro Protocolos de los Sabios de Sión, fueron acordados (entre 24 Protocolos) en 1773, en la calle Judenstrasse, en Frankfurt. El Sr. Mayer Amschel Rothschild se reunió con doce socios capitalistas judíos, adinerados e influyentes (de hecho, los Sabios de Sión) para estudiar un proyecto que controlaría toda la fortuna mundial. Se pueden resumir de la siguiente manera: EL NOVENO PROTOCOLO dice así: El papel de la guerra: [...] Colocaremos en pie todas las fuerzas, para impeler a aquéllos que tienen sed de poder a abusar de su poder. Es necesario fomentar las disensiones y enemistades en toda Europa y por intermedio de Europa, en otras partes de la Tierra. [...] Es preciso que seamos capaces de aniquilar toda oposición, provocando guerras con los países vecinos. En caso de que esos vecinos osen enfrentarnos, es necesario responderles con una guerra mundial. [...] DÉCIMO PROTOCOLO: El control por medio de la educación: [...] No incitaremos a los gojim a lograr una aplicación práctica de su observación imparcial de la historia, pero les invitaremos a que hagan ponderaciones teóricas, sin hacer relaciones críticas sobre los acontecimientos que seguirán. [...] En ese juego, sepan que el objetivo principal es haberlos convencido para que acepten las necesidades de la ciencia. [...] Teniendo esto en cuenta, no cesaremos de crear una confianza ciega en esas teorías (científicas) y los diarios nos auxiliarán muy bien en cuanto a eso. Los intelectuales entre los gojim se ensalzarán de sus conocimientos. [...] El pueblo perderá, cada vez más, el hábito de pensar por sí mismo y de formar su propia opinión, acabará pronunciando las palabras que anhelemos oír pronunciadas. [...] DÉCIMO PRIMER PROTOCOLO: El control de las logias francmasonas:[...] En todos los países de la Tierra crearemos logias francmasonas, nosotros las multiplicaremos y atraeremos a las personalidades que se destacan. [...] Colocaremos todas esas logias bajo el dominio de nuestra administración central, que sólo nosotros conocemos y que los otros ignoran totalmente. [...] ¿Quién o qué puede vencer un poder invisible? He ahí donde se encuentra nuestro poder. La francmasonería no judía nos sirve de cobertura sin saberlo. Pero el plan de acción de nuestro poder continúa siendo un secreto para todo el pueblo e incluso para el resto de la cofradía. [...] . DÉCIMO SEGUNDO PROTOCOLO: La muerte: [...] La muerte es el fin inevitable de todos, por consecuencia, es preferible llevar a ella a todos los que constituyen un obstáculo para “nosotros”. Después de haber elaborado ese proyecto para dominar el mundo (el “Nuevo Orden Mundial” = “Novus Ordo Seclorum”), el banco Rothschild habría encargado al judío bávaro Adam Weishaupt la fundación de la “Orden Secreta de los Iluminados de Baviera”. De esa orden secreta hablaré más adelante. Por ahora me interesa informar sobre estos últimos Protocolos conocidos hasta ahora. Debo decir que, y sin que se agote el tema, abordarlos desde la palabra, es difícil. Los hechos hablan por sí solos. Lastimosamente, el mundo está convertido en lo que ellos planificaron desde las sombras. Desde entonces, pareciera que Europa ha estado en plena guerra, Alemania encendió el tizó y la llama creció. Dos guerras mundiales. Dos bombas atómicas, y un sinfín de invasiones a naciones del medio oriente. En cuanto a la educación (10° Protocolo) ésta ha corrido la misma suerte. Nos educaron con una tabla de contrasentidos, antivalores, y aburguesamientos vanos. Para ser esclavos del individualismo, del odio racial, del consumo y de la vida fácil. Por otro lado la guerra permanente de los grupos de poder, organizados en sociedades secretas, pugnan desde hace muchos años, siglos incluso, por ser los dueños del mundo. Finalmente, el Protocolo relacionado con la muerte, es aplicable o comprensible en cuanto a quien o quienes deben tomar las grandes decisiones sobre guerras, invasiones, o magnicidios en masa. Un caso específico fue la bomba lanzada en Hiroshima; aprobada por Harry S. Truman, Presidente de los Estados Unidos, para ese entonces, y miembro activo de una orden secreta (de quién hablaremos más adelante) condecorado el día de su muerte con los más altos honores de las fuerzas armadas. Tomado de “Las Sociedades Secretas y su poder en el siglo XX”, de Jan Van Helsig (Editorial Ewertverlag 1998) hormigasdepapel@hotmail.com y http://trazos-trazos.blogspot.com/
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