miércoles, 16 de marzo de 2011

TRAZOS

MANUEL ROJAS

QUINTO PROTOCOLO DE LOS SABIOS DE SIÓN: CREAR CONFUSIÓN

Estamos en un planeta preñado de confusiones, desequilibrios ecológicos, y mezquindad. Nos hemos convertido en borregos, nos hemos aislado dentro de grandes ciudades y en ellas vegetamos llenos de miedo, con puertas de seguridad de doble cerradura. En lugar de vivir en alegría y amor, construimos grandes edificios y desarrollamos una conciencia que amedrenta.

Nos han diseñado un sistema de sociedad que regula y controla nuestros pensamientos, nuestras creencias, nuestros actos y nuestra apariencia, a través de la tecnología. El fuego creador que vive en nosotros, que tiene el poder de apoderarse de un pensamiento y dar vida a cualquier forma que sea, cayó en su propia trampa, sucumbiendo a las creencias, a los dogmas, a las modas, y a las tradiciones. Sin embargo gozamos de la posibilidad de colocar al servicio del mundo nuestros pensamientos, nuestra imaginación y nuestros sentimientos en una meta constructiva para los demás y para nosotros mismos.

El Quinto Protocolo dice: “Para tener dominio sobre la opinión pública, es necesario llevarlos a cierto nivel de confusión. [...] La prensa nos será una buena herramienta para ofrecer a los hombres tantas opiniones diferentes que perderán cualquier visión global y se perderán en el laberinto de las informaciones. [...] [...] así, llegarán a la conclusión que lo mejor es no tener opinión (política).

Si hacemos un breve recorrido por nuestra historia universal, verificamos que en estos últimos cincuenta años, se han producido en muchos campos más progresos que durante los cinco siglos precedentes. Y en estos últimos 10 años más que en los 50 años precedentes. El desarrollo se irá acelerando tanto a lo general como en lo particular. Todo caminará cada vez con mayor rapidez y la conciencia humana se desarrollará siguiendo el mismo ritmo. Las instituciones inmutables, iglesias o gobiernos, aferrados a sus viejos esquemas de pensamiento, se desmoronarán. Los seres humanos refractarios a los cambios de pensamientos y de sentimientos, es decir, los que no quieren desembarazarse de los viejos patrones, irán muriendo. Se pondrán enfermos, morirán durante las catástrofes o las guerras, mientras que los demás elevarán su nivel de conciencia o se encarnarán nuevamente para encontrar su verdadera grandeza y vivir como seres humanos libres. Aquéllos que empiezan a transformarse harán experiencias maravillosas. Vivirán lo que fue predicho como “edad de oro”, simplemente porque obedecerán a ese ser que les impulsará a “progresar interiormente”. Esos seres ya habrán observado que sus deseos se realizarán de repente, más rápidamente, o que cada vez encuentran con más facilidad, de forma inesperada, a personas que tienen el mismo estado de espíritu que ellos. Antes eso habría llevado años.

Pareciera que todo está debidamente planificado. Que el universo es producto de un cálculo matemático perfecto. Que los días están contados para entrar en una debacle sin precedentes. Los días parecen mucho más cortos que las noches. ¿Sabían los Illuminati, que esto iba a ocurrir o tan sólo ellos son producto de las predicciones del Apocalípsis, de Nostradamus, de las predicciones de la tribu Hopis del norte de Arizona, de lo predicho por los mayas, o en las tablas de Mesopotamia? El mundo va a sucumbir pronto. El planeta no resiste más. El orden secreto que pervive en la memoria de los tiempos, escrito en las páginas de la historia ha prescrito. El esfuerzo realizado por muchos, por gobiernos e instituciones sociales, para renovar su capacidad creativa será vano porque todo va a su fin y ha empezado ya, con los cambios climáticos, las tormentas de aire devastando pueblos, inundando territorios completos, los desequilibrios económicos y el comportamiento de la sociedad en franco deterioro moral. Los amos del valle, con su dinero y su poder, nos llevaron a la profunda confusión que hoy nos asiste. El Quinto Protocolo de los Sabios de Sión se ha cumplido. Tomado de “Las Sociedades Secretas y su poder en el siglo XX”, de Jan Van Helsig (Editorial Ewertverlag 1998) hormigasdepapel@hotmail.com y http://trazos-trazos.blogspot.com/

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